La Audiencia Nacional se pronuncia sobre la gestión del cash pooling zero balancing, o el contrato de centralización de la gestión financiera entre empresas del grupo cuando se realiza con traspasos diarios. [TOL9.556.613]
El cash pooling es una estrategia para optimizar la gestión de tesorería de un grupo de sociedades. Este acuerdo se establece entre la sociedad pooler o centralizadora y las sociedades filiales. Además de ser un contrato de gestión, también implica un contrato de financiación mediante los fondos prestados por las sociedades participantes a la sociedad pooler, con un interés acordado.
Cuando se hacen transferencias de dinero entre las empresas del grupo, se considera que son préstamos. Si una filial le presta dinero a la empresa principal, se llama préstamo positivo, si la empresa principal presta dinero a una filial, se llama préstamo negativo. Si el valor acordado entre las empresas difiere de los valores de mercado, la autoridad tributaria puede evaluar las operaciones utilizando los valores normales de mercado. Esto ocurre en casos en los que la valoración acordada ha resultado en una menor tributación en comparación.
En el caso en cuestión, se trata de un «cash pooling zero balancing». Esto significa que las cuentas de las filiales se mantienen en cero, y cualquier dinero excedente se transfiere a una cuenta central administrada por la entidad líder. En el informe de la ONFI se indica que la sociedad pooler dirige los excesos de tesorería desde las sociedades que los tienen hacia las sociedades que los necesitan. Cuando el grupo no puede autofinanciarse, entra en juego un vehículo especial que evita tener que evaluar la calificación crediticia de cada empresa individual dentro del grupo. La idea es que dicha sociedad haga traspasos diarios a la entidad líder, conocido como barrido diario.
Sobre la asimetría del tratamiento
La recurrente cuestiona cómo la Administración ha fijado el precio de transferencia entre las partes vinculadas, ya que, en el caso de asimilarlo a un préstamo el tipo de interés sería más elevado, y en el caso de considerarlo un depósito sería más bajo. La Sala considera que esta diferencia no procede, ya que conlleva asimilar la entidad con una financiera.
La Sala considera lógico que, en el cash pooling, los tipos de interés aplicados a las entidades prestamistas sean generalmente inferiores y diferentes a los que aplican las entidades financieras independientes en contratos de financiación a corto plazo. Determina que ambos tipos de operaciones deben tener el mismo tratamiento, sin considerar a la entidad líder como una entidad de crédito.
No es aplicable en el «cash pooling zero balancing»
Pese a lo dispuesto, la Sala considera que la asimetría no es razonable en un caso de traspaso de saldo a cero. En este contexto, parece más lógico asimilar la situación a la figura jurídica del prestamista o prestatario, especialmente en un caso como este, en el que la entidad pooler no aporta ningún valor agregado.
La pretensión de la parte recurrente resultaría en una significativa disminución de las bases imponibles de la entidad española en beneficio de la entidad gestora del cash pool, que simplemente desempeña funciones de gestión sin asumir ningún riesgo. De modo que, se lograría que los beneficios se trasladen a la entidad líder sin que se haya demostrado que esta entidad sea merecedora de tales beneficios.
Por ello, se desestima el recurso interpuesto ante la Audiencia Nacional, confirma lo dispuesto por el TEAC.