La Sala de lo Social del Tribunal Supremo ha declarado ilícitas las fotografías tomadas por un detective privado a un trabajador de baja por cervicalgia mientras realizaba tareas en el jardín de su casa. Estas fotografías fueron utilizadas por la empresa para justificar su despido disciplinario bajo el argumento de que realizaba actividades incompatibles con su dolencia.
Fotografías tomadas por un detective
El Tribunal Supremo considera que las fotografías invaden el derecho a la intimidad del trabajador. Por lo que las pruebas obtenidas de manera ilícita no pueden ser utilizadas para justificar su despido. En consecuencia, el tribunal confirma la improcedencia del despido y desestima el recurso de casación presentado por la empresa.
EL jardín de la vivienda es considerado parte del domicilio
La Sala sostiene que el jardín de la vivienda debe ser considerado como parte del domicilio del trabajador. O, al menos, como un espacio reservado en el que solo se puede entrar con el consentimiento del titular o por orden judicial en casos de flagrante delito. Se enfatiza que este espacio es donde se desarrolla la vida íntima, personal y familiar, y que el titular tiene una expectativa legítima de privacidad. Aunque puede ser de menor intensidad que en el interior de la vivienda.
Ley de Seguridad Privada
La Ley de Seguridad Privada permite a los detectives privados recopilar información sobre la vida personal, familiar o social de una persona. No obstante, excluye expresamente las investigaciones en domicilios o lugares reservados.
En el caso en cuestión, el trabajador era limpiador y había sido declarado vulnerable al coronavirus. Tras una recomendación del Servicio de Prevención para tomar medidas preventivas debido a su condición, el trabajador se dio de baja por cervicalgia. La empresa argumentó que el trabajador llevaba a cabo actividades incompatibles con su dolencia, como labores en el jardín y huerto de su casa, pintura de tejados, albañilería y recogida de escombros.
Fallo del tribunal | Ilícitas las fotografías tomadas por un detective privado
En un primer punto, un Juzgado de lo Social de Pontevedra, determinó que el despido es procedente, por lo que el afectado presentó recurso. En segunda instancia el Tribunal Superior de Justicia de Galicia consideró que las pruebas obtenidas por el detective vulneraban el derecho a la intimidad del trabajador y eran desproporcionadas.
Finalmente, el Tribunal Supremo considera ilícitas las fotografías tomadas por un detective a un trabajador de baja mientras realizaba tareas en el jardín de su casa. Debido a la invasión de la intimidad del trabajador, las pruebas obtenidas de manera ilícita no pueden utilizarse para justificar su despido. Por lo que confirma la improcedencia de la medida disciplinaria.
