Entrevistamos a Juan José Tamayo, director de la colección Diáspora de Tirant, con motivo de su 75 aniversario.
– ¿Cómo definirías la línea editorial y las propuestas de la colección?
La línea editorial de Tirant combina humanismo, ética, ciencia jurídica, ciencias sociales en un esfuerzo integrador que creo logra sobradamente. Las diferentes disciplinas sobre las que publica se caracterizan por una armonía y complementariedad, que enriquece a cada una de ellas y redunda en su beneficio intelectual.
La propuesta de recrear y dirigir la colección Diáspora me la ofreció el director de Tirant, Salvador Vives en un gesto de generosidad que acepté de inmediato y por el que le estoy agradecido. Pretendía ampliar el horizonte temático de la editorial con el fin de incorporar un estudio crítico de las religiones, dada la significación cultural, social y política e histórica de estas a lo largo de la historia en los diferentes campos del saber y del quehacer humano y habida cuenta del despertar de las religiones en este momento, sobre todo en sus aspectos menos positivos. La iniciativa me pareció excelente y acepté el desafío convencido de la necesidad de una línea ideológica que abordara el importante papel de las religiones en la sociedad por la vía de la liberación de los sectores más vulnerables y no a través de la alianza con el poder. La verdad es que seguí con mucho interés y valoración muy positiva la etapa anterior de la colección dirigida por mi buen amigo Antonio Duato y reseñas algunos de los libros.
– Diáspora no es una colección frecuente en el mundo editorial español, ¿qué crees que la hace tan singular?
Ciertamente, no es una colección frecuente en el mundo editorial español, sobre todo tratándose de editoriales dedicadas a otros campos del saber, cual es el caso de Tirant con su especialidad en el derecho. Lo que hace peculiar a Diáspora es:
– Dar a conocer y reconocer el amplio pluriverso religioso en el mundo actual: no vivimos en tiempos de religión única, como se vivió durante siglos en España, sino de una amplia red de religiones y espiritualidades, y en España hoy manera especial, donde predomina una gran diversidad religiosa que enriquece la convivencia cívica.
– La apuesta por el diálogo entre las religiones y la culturas sin jerarquía previas ni prejuicios como los que están instalados en el imaginario social, y el análisis crítico de los fundamentalismos, especialmente los religiosos.
– La incorporación de las ciencias de las religiones al estudio del fenómeno religioso en diálogo con la teología, que es la disciplina que más cultivo.
– La incorporación del estudio de las religiones y culturas indígenas, poco estudiadas en los estudios occidentales de las ciencias de las religiones o tratadas desde un marcado complejo de superioridad.
– La actitud decolonial en el tratamiento de las religiones y culturas indígenas, a quienes en Diáspora no se valora y juzga conforme a criterios occidentales propios del colonialismo, ni se las califica de atrasadas regresivas, sino que se las reconoce y respeta en igualdad de condiciones que el resto de las culturas, con el reconocimiento de sus valores, cosmovisiones, respeto y armonía con la naturaleza, defensa de su territorio, rechazo del neoliberalismo, etc.
– El tratamiento interdisciplinar de las religiones.
– Incorporar a las mujeres como autoras de la Colección, darles la voz y el protagonismo que no tienen en otras ofertas editoriales.
– Tener en cuenta la perspectiva feminista en el tratamiento de los temas como línea transversal de toda la Colección.
– Privilegiar a autores y autoras de las nuevas tendencias teológicas, con preferencia a aquellas que se mueven en el horizonte del Sur global: teologías de la liberación, Teologías del Sur, Teología feminista, Teología de las Religiones, Teología internacional, etc.
– Te uniste como director de Diáspora en 2014 con una amplísima producción editorial como autor, además de académico, investigador… ¿Qué te animó a dirigir la colección?
Efectivamente, mi incorporación a la Editorial tuvo lugar hace 7 años en un momento en el que mi agenda ya echaba humo. Dirigía la Cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones en la Universidad Carlos III de Madrid, viajaba nueve o diez veces a América Latina, cada semana varias veces por España, también por África en encuentros islamo-cristianos, era miembros del Comité Internacional del Foro Mundial de Teología y Liberación, escribía semanalmente en los medios de comunicación. Publicaba en varias revistas de Ciencias de las Religiones españolas y latinoamericanas. Había superados los cincuenta libros y un sinfín de actividades más. Ante la oferta de Salvador me dije: “¡madre día! Otra actividad más. De dónde voy a sacar el tiempo”.
Aun así y todo, acepté sin dudarlo un momento porque era para mí un desafío que me merecía la pena para poner en marcha un proyecto que tuviera las características que indiqué anteriormente. Además, era la oportunidad para dar voz a autores y autoras con aportaciones nuevas, desde tradiciones culturales y religiosas diferentes, sobre todo del Sur global, donde se encuentra una extraordinaria riqueza cultural en el estudio de las religiones desde una perspectiva liberadora, que no tiene la suficiente presencia editorial.
Dicho esto, conste que la motivación no fue encontrar un espacio donde publicar mis obras. Publicaba ya, y sigo publicando, en algunas de las editoriales de mayor reconocimiento académico y cultural. Bueno, también he publicado varios libros de mi propia autoría y como director de obras colectivas en Diáspora, amén de los numerosos prólogos de muchos de los libros a petición de las y los autores.
– Tras estos años como director, ¿qué títulos crees que han supuesto un antes y un después o tienen un carácter muy marcado de lo que supone la colección?
Hablaría de títulos vinculados al estudio de personas relevantes, temas, orientaciones y tendencias; libros sobre feminismo y estudio crítico de las masculinidades hegemónicas, descaría; islam; con obras que son pioneras y referencia internacional. Hay obras sobre personalidades de referencia internacional, pioneras y relevantes de gran influencia social, cultural y religiosa, como el filósofo de la esperanza Ernst Bloch, la feminista Concepción Arenal, el teólogo y filósofo hispano-salvadoreño de la liberación, monseñor Oscar Romero, asesinado por su compromiso en la lucha por la justicia y la denuncia profética de los poderosos. Ignacio Ellacuría, asesinado en 1989 por ejército salvadoreño, y el arzobispo profético de San Salvador (El Salvador, CA), sobre quien hemos publicado el estudio más completo con la colaboración de 40 autores y autoras especialistas en su pensamiento: Ignacio Ellacuría, 30 años después.
Hemos dado voz, y seguiremos dándola, a la teología africana, poco conocida y menos valorada en España. Uno de los primeros títulos, si no el primero, de Diáspora del que más orgulloso me siento es el del teólogo camerunés Cyprien Melibi Melibi Grito africano por el derecho a existir, en línea y continuidad con el de su compatriota el teólogo Jean Marc Ela El grito del hombre africano.
Damos mucha importancia a los estudios feministas, de los que destacaría Soportarás todos los males. La violencia contra las mujeres en el cristianismo primitivo, de la historiadora de Historia Antigua (y teóloga, añado yo, aunque ella no se reconoce como cultivadora de esa disciplina) Emma González; La máquina reaccionaria. La lucha declarada a los feminismos, de la filósofa María Ávila; Dialéctica feminista de la Ilustración, de la filósofa Cristina Molina Petit; Mujeres, hombres y catolicismo en la España contemporánea. Nuevas visiones desde la Historia, bajo la dirección de la historiadora Inmaculada Blasco; Autonomía, género y diversidad, de Octavio Salazar, catedrático de Derecho Constitucional.
Pionera ha sido la Colección en estudios de masculinidades en los que han colaborado algunas de las personas especialistas en el tema: Masculinidades igualitarias y alternativas; Deconstruyendo la masculinidad, editados ambos por Anastasia Téllez, Eloy Martínez y Joan Sanfélix, y La brújula rota de la masculinidad, de Joan Sanfélix más prestiogiosos especialistas.
Hemos publicado varios libros innovadores sobre el islam: Librepensamiento e Islam, de Waleed Saleeh, y Descodificando el islam, de Arturo Guerrero. No podía falta la teología de la liberación con el libro De la Iglesia colonial al cristianismo liberador en América Latina, escrito por mí.
– ¿Hay títulos que encargas, prefieres que los autores te propongan directamente los proyectos o no tienes una preferencia en este aspecto?
La línea de la Colección la marco yo, pero no de manera personalista, sino en diálogo con colegas que me abren horizontes nuevos desde una perspectiva interdisciplinar, que constituye su seña de identidad. Hay veces que soy yo quien tiene la iniciativa de encargar. Otras son las propias autoras y autores quienes me proponen sus obras. El juego de elección es siempre dialógico, lo que aporta riqueza a la Colección.
– Feminismos, masculinidades, historia, interespiritualidad son temas recurrentes en los títulos de la colección, ¿qué tienen que tener los libros publicados para ser seleccionados para la colección?
Sí, esos son algunos de los principales temas, como he indicado. Estos son los criterios a seguir en las publicaciones: que se trate de un tema relevante tanto históricamente como de la actualidad; que tenga un tratamiento original; que se aborde desde el pensamiento crítico y el rigor reflexivo; que se ubique en el lugar social y hermenéutico de los oprimidos y de las persona excluidas,;que haga avanzar la historia hacia la transformación de la sociedad y la liberación de las mayorías populares; que ofrezca propuestas alternativas y tenga un horizonte ético.
– En los últimos años el papel de la mujer dentro del estudio de las religiones ha tomado una gran importancia, ¿crees que ha habido un cambio de paradigma en este aspecto.
Sin duda. Y ello por varias razones. La primera, porque cada vez es mayor el número de mujeres que se incorporan al estudio de las religiones. La segunda, inseparable de la primera, porque dan voz y protagonismo a las mujeres olvidadas y reconocen sus grandes aportaciones en todos los campos del saber y del quehacer humano. La tercera porque desarrollan sus investigaciones desde una perspectiva feminista orientada a la emancipación de las mujeres. La cuarta, y no por ello menos importante, la consideración de que la discriminación de las mujeres es interseccional: se produce por razones de género, ciertamente, pero también de etnia, cultura, religión, identidad social, clase social, procedencia geográfica, nivel educativo, etc. La quinta, porque llevan a cabo una fundada crítica del patriarcado como sistema de dominación en alianza con otros sistemas como el capitalismo, el colonialismo, la heteronormatividad y la binariedad sexual, la depredación de la naturaleza, el supremacismo, la aporofobia, los fundamentalismos, la xenofobia y el racismo.
– ¿Se puede esperar algún cambio respecto al feminismo dentro de la iglesia católica?
Bueno, ya se están produciéndose cambios, y muy importantes, en varios campos. Uno es el de las investigaciones teológicas y bíblicas, que incorporan las categorías de la teoría de género. Actualmente hay aportaciones excelentes en el estudio de los textos fundantes del cristianismo, la Biblia hebrea y la Biblia cristiana, desde una hermenéutica feminista, que descubre la voz de las mujeres en la voz divina y recupera los relatos que dan protagonismo a las mujeres. También se están produciendo cambios en la teología, que cuestiona el lenguaje teológico sexista e incorpora el inclusivo, critica el planteamiento androcéntrico de los grandes temas del cristianismo y elabora un enfoque igualitario. Hay una crítica de la alianza del Dios varón con las masculinidades sagradas que ejerce la violencia sacrificial de las mujeres, las niñas, los niños y los sectores más vulnerables Llevaban razón la pensadora feminista Mary Daly cuando afirmaba: “Si Dios es varón, el varón es Dios”, y la feminista de la tercera ola Kate Millet en su aseveración “El patriarcado tiene a Dios de su parte”. Efectivamente, el patriarcado religioso legitima el patriarcado político”.
Muy distinta es la actitud de la jerarquía católica en su mayoría que condena la teoría de género, a la que califica despectivamente “ideología, de género. No tengo ninguna esperanza de que se produzcan cambios significativos en la organización eclesiástica. Habría que decir como Dante a la entrada del infierno: “Dejad a la puerta toda esperanza”.
Hay una crítica de la organización jerárquico-patriarcal-piramidal de la Iglesia católica, de la ausencia de las mujeres en el acceso al ámbito de lo sagrado, a los ministerios eclesiales y a los espacios donde se toman las decisiones y de su acceso a los estudios teológicos. Todo el poder está en manos de varones clérigos dando lugar al clericalismo, una de las mayores perversiones del cristianismo en dirección contraria al primitivo cristianismo. La iglesia católica está configurada como una patriarquía perfecta.
Otro avance importante es el de la creación de comunidades de base igualitarias conforme al modelo del movimiento igualitario de Jesús de Nazaret, la vinculación de los cristianos y cristianas a los movimientos feministas y el apoyo a sus luchas y reivindicaciones y la defensa de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.
– En breve estarán disponibles nuevos volúmenes de la Colección. ¿Qué nos puedes adelantar?
Hay cuatro títulos que aparecerán en este trimestre, a cuál más interesantes por temática y enfoque:
– Espiritualidades en diálogo, del teólogo Félix Placer.
– Los pueblos indígenas. Resistencia, derechos humanos y utopía, del antropólogo Daniel Oliva.
– Carta Encíclica «Fratelli Tutti», obra colectiva dirigida por el teólogo mexicano Carlos Mendoza.
– Disputas religiosas en una comunidad afrobrasileña tradicional, de Jose Antonio Boareto.
Juan José Tamayo
Amusco, Palencia, 1946. Doctor en Teología y Filosofía, es emérito honorífico de la Cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones “Ignacio Ellacuría”, de la Universidad Carlos III de Madrid, profesor honorífico de la Universidad Internacional de Andalucía. Conferenciante internacional y profesor invitado en numerosas universidades de España, Europa, América Latina, Estados Unidos y África, es, asimismo, secretario General de la Asociación de Teólogas y Teólogos Juan XXIII y miembro del Comité Internacional del Foro Mundial de Teología y Liberación.
Es uno de los intelectuales con mayor presencia pública en los medios de comunicación en el análisis sobre el fenómeno religioso en los nuevos climas culturales desde una perspectiva crítica y uno de los teólogos españoles con mayor proyección y reconocimiento internacionales en sus investigaciones y estudios sobre las Teologías de la liberación y del Sur Global; la Teología islamo-cristiana de la liberación; la Teología feminista; la Teología del pluralismo y del diálogo intercultural e interreligioso como respuesta a los fundamentalismos. Sus libros sobre estas teologías son objeto de estudio, investigaciones y tesis doctorales, al tiempo que iluminan el itinerario de personas de creyentes y no creyentes comprometidas en la lucha por la justicia y la igualdad en dirección a la utopía de Otro Mundo Posible en medio de la oscuridad del presente.
Su tea-teología es inseparable de su compromiso ético con los sectores más vulnerables de la sociedad y los pueblos oprimidos por los diferentes sistemas de dominación: capitalismo, colonialismo, patriarcado, fundamentalismos, depredación de la naturaleza, soberanismo, racismo social, cultural y epistemológico, aporofobia. Desde hace varias décadas viene asumiendo un compromiso especial en el compromiso por la liberación de las mujeres que son víctimas de discriminación interseccional: de género, etnia, cultura, identidad sexual, clase, religión, procedencia geográfica.
En este sentido, su proyecto vital y su trabajo intelectual se guían, utilizando el lenguaje de Benjamin y Metz, por la solidaridad con las víctimas, cuyas heridas quiere contribuir a curar dándoles voz a través de la memoria subversiva orientada a la rehabilitación de su dignidad, aplicando a las teólogas y los teólogos la afirmación de Epicuro: “Vana es la palabra de aquel filósofo que no remedia ninguna dolencia del ser humano”.
Su vida y su pensamiento se ubican en la frontera y están marcadas por la conciencia crítica y la praxis de liberación, la disidencia y la heterodoxia. Tal ubicación, conscientemente asumida, le valió en 2003 la condena de su libro Dios y Jesús. El horizonte religioso de Jesús de Nazaret (Trotta, Madrid, 2000, 2004, 4ª ed.), por parte de la Congregación para la Doctrina de la Fe, presidida entonces por el cardenal Ratzinger, elegido dos años después Papa. Se trata de uno de los libros de mayor densidad espiritual, eso sí, liberadora, de su larga e intensa producción teológica.
La compasión en un mundo injusto, segunda obra publicada en Fragmenta (la primera fue Cincuenta intelectuales para una conciencia crítica, 2013) se suma a las 74 restantes publicadas por Juan José Tamayo, muchas de ellas traducidas al italiano, portugués, inglés, polaco, francés, inglés y alemán. La fecha de la publicación de este libro coincide con una efemérides especial: Juan José Tamayo cumple 75 años el 7 de octubre de 2021. Con ella queremos rendirle homenaje y reconocer su largo itinerario vital y su pensamiento interdisciplinar, que, creemos, ha iluminado y sigue iluminando el camino de la esperanza en dirección a la utopía de Otro Mundo Posible. Ad multos annos.
