__
Desde los primeros días del cine, la abogacía ha sido un tema recurrente en la gran pantalla. Las películas que tratan sobre juicios, abogados y el sistema legal han cautivado a audiencias de todo el mundo. Sin embargo, surge una pregunta importante: ¿qué tan preciso es el retrato que el cine pinta de la abogacía? En este artículo, exploraremos cómo el cine aborda la abogacía, identificando qué elementos reflejan la realidad de la profesión legal y cuáles son meramente dramáticos.
El Abogado Idealizado
Una característica común en muchas películas legales es la creación de un “abogado idealizado”. Este personaje a menudo es retratado como un genio legal, persuasivo, carismático y capaz de ganar cualquier caso en el último minuto. Aunque hay abogados talentosos en la vida real, el cine tiende a exagerar estas cualidades para crear un drama más emocionante. En la realidad, el éxito legal rara vez se logra en un solo y emotivo discurso en la sala del tribunal.
Un ejemplo notable es Atticus Finch, interpretado por Gregory Peck en “Matar a un ruiseñor” (1962). Finch es un abogado compasivo y sabio que defiende a un hombre negro acusado falsamente de violar a una mujer blanca en la época de la segregación racial. Aunque Finch representa muchas cualidades admirables de los abogados reales, su habilidad para resolver el caso con un emotivo alegato final puede simplificar la naturaleza compleja de los juicios en la vida real.
La Dramatización de los Juicios
Los juicios en el cine son a menudo el clímax de la historia. Sin embargo, es importante reconocer que la realidad de los juicios es mucho menos espectacular. Los juicios en la vida real involucran procedimientos meticulosos, reglas y protocolos que a menudo no se muestran en la pantalla. Además, las películas pueden acelerar el ritmo de los juicios para mantener a la audiencia comprometida, lo que contrasta con la naturaleza a menudo lenta y detallada de los procedimientos judiciales reales.
En “Testigo de Cargo” (1957), dirigida por Billy Wilder, vemos una dramatización intensa de un juicio por asesinato. El tribunal es el escenario principal de la película, con giros emocionantes y revelaciones impactantes.
El Conflicto Ético y Moral
El cine a menudo se centra en dilemas éticos y morales que enfrentan los abogados. Estos dilemas pueden ser bastante realistas, ya que los abogados en la vida real a menudo se enfrentan a decisiones difíciles que involucran cuestiones éticas. Sin embargo, la forma en que se presentan estos dilemas puede ser simplificada para crear una narrativa más convincente. Los abogados no siempre enfrentan dilemas tan intensos como los que vemos en la pantalla, pero es innegable que la ética es un componente crucial de la profesión.
Muestra de ello es la película “Veredicto Final” (1982), Paul Newman interpreta a un abogado alcohólico que enfrenta un dilema ético cuando se le presenta la oportunidad de un acuerdo financiero en un caso de negligencia médica. La película aborda el tema de la integridad en la profesión legal y la lucha interna del abogado por hacer lo correcto.
La Relación Abogado-Cliente
En muchas películas, la relación entre un abogado y su cliente se representa como una colaboración perfecta y sin fisuras. Sin embargo, en la vida real, esta relación puede ser más compleja. Los abogados a menudo se enfrentan a clientes difíciles, desafiantes e incluso deshonestos. Además, las películas rara vez muestran las discusiones en profundidad sobre estrategia legal y riesgos que los abogados tienen con sus clientes antes de llegar a un juicio.
“Erin Brockovich” (2000), protagonizada por Julia Roberts, narra la historia de una asistente legal que lucha contra una poderosa corporación por la contaminación del agua. La película destaca la relación entre el abogado y su cliente, subrayando la empatía y el compromiso de Erin con la causa. Si bien la película muestra la dedicación de Erin a su cliente, omite las discusiones más mundanas y técnicas que los abogados tienen con sus clientes en la vida real.
La Dimensión Personal de los Abogados
Las películas a menudo se centran en un aspecto específico de la vida de un abogado, ya sea su lucha por la justicia, su vida amorosa o su crecimiento personal. Mientras que en la vida real los abogados tienen vidas personales y emociones, el cine a menudo simplifica o exagera estos aspectos para encajar en la narrativa. Los abogados en la pantalla pueden parecer más heroicos o trágicos de lo que son en la realidad, lo que puede llevar a una comprensión distorsionada de la profesión.
En “El Cliente” (1994), basada en la novela de John Grisham, un niño y su madre son perseguidos por la mafia después de que el niño es testigo de un asesinato. Susan Sarandon interpreta a la abogada que trata de proteger al niño y desentrañar la verdad detrás del caso. Aunque la película muestra la lucha de la abogada por la justicia, también se enfoca en la amenaza constante que enfrentan, lo cual puede ser un elemento dramático exagerado en comparación con la rutina diaria de la mayoría de los abogados.
La Búsqueda de la Verdad
En muchas películas legales, la búsqueda de la verdad es un tema central. Los abogados luchan por descubrir evidencias ocultas y revelar la verdad detrás de un caso. Aunque en la vida real los abogados buscan la verdad, también están comprometidos con el objetivo de ganar un caso para su cliente. La tensión entre la verdad y la defensa legal no siempre se aborda con precisión en el cine.
En “Tiempo de matar” (1996), basada en otra novela de John Grisham, un abogado defiende a un hombre negro que mata a dos hombres blancos que violaron brutalmente a su hija de 10 años. La película destaca la búsqueda de la verdad y la lucha por la justicia en un contexto racialmente tenso. Si bien la película muestra la dedicación del abogado a descubrir la verdad detrás de los crímenes, también presenta la narrativa de manera más dramática de lo que podría ser en un caso real.
No solo es drama e intriga…
En última instancia, las representaciones de la abogacía en el cine son una mezcla de realidad y ficción. Si bien las películas pueden capturar elementos esenciales de la profesión, también tienden a simplificar y exagerar para crear un entretenimiento cautivador. Para una comprensión más completa de la abogacía, es importante reconocer tanto las similitudes como las diferencias entre lo que vemos en la pantalla y la complejidad de la realidad legal. Al hacerlo, podemos apreciar no solo la intriga y el drama que el cine aporta a la abogacía, sino también los desafíos y responsabilidades que los abogados enfrentan en el mundo real.
Si te interesa el mundo jurídico en la gran pantalla, no te pierdas la colección Cine y Derecho de Tirant lo Blanch.