ACTUALIDAD JURÍDICA

Testimonios con mascarillas. Nuevas competencias judiciales para las pruebas testificales penales

By 15 febrero, 2021 No Comments

Práctica de las declaraciones testificales en la situación de pandemia

Beatriz Miranda Verdú

Magistrada del Juzgado de lo Penal n º 1 de Don Benito (Badajoz)

El propósito de este trabajo es realizar una evaluación crítica de la práctica de las declaraciones testificales en la situación de pandemia, en la que se ha extendido el uso de la videoconferencia, las grabaciones de tales diligencias y pruebas personales y los juicios telemáticos. Todas las personas intervinientes están obligadas a usar mascarilla para evitar contagio de coronavirus. Ello repercute negativamente en el resultado de estas declaraciones, tanto a nivel de obtención de información como de posibilidad de análisis por la persona juzgadora. Por tal motivo, se propone el desarrollo de nuevas competencias y habilidades que palien las consecuencias negativas del uso de mascarilla, como un análisis lingüístico profundo de lo que persona expresa, aprendizaje de comunicación no verbal y conocimiento en emociones para su observación e interpretación.

I. INTRODUCCIÓN

Hace aproximadamente un año se publicaba en el Boletín Oficial del Estado el Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo que acordaba, ante la mirada atónita de toda la ciudadanía, un estado de alarma para gestionar la crisis sanitaria provocada por el virus COVID-19.

Algunas de las principales consecuencias de la pandemia en justicia han sido el colapso judicial derivado de la suspensión de plazos procesales, el retraso en la tramitación de asuntos como consecuencia de la paralización, el incremento del volumen de trabajo en jurisdicciones como la social o mercantil, y otras que todavía no se conocen o han podido ser evaluadas.
Tras un tiempo de inactividad generalizada, con importante revés para la economía de ciudadanía, abogacía, procuraduría, empresas, se ha ido apostando para evitar dicho colapso por los juicios virtuales, comparecencias o declaraciones telemáticas, intentando salvar los numerosos escollos tecnológicos y humanos que la crisis mundial ha ido mostrando diariamente. Nos hemos acelerado en la informática jurídica.

La Ley 3/2020, de 18 de septiembre de medidas procesales y organizativas para hacer frente al COVID-19 en el ámbito de la Administración de Justicia, expuso en su Preámbulo que la Administración de Justicia debe adaptarse durante los próximos meses a la nueva normalidad, tomando en consideración los derechos y las necesidades de la ciudadanía como usuaria del servicio público de la Justicia en ejercicio del derecho a la tutela judicial efectiva, y garantizar el derecho a la salud tanto de esta como del conjunto del personal y profesionales del sector de la Justicia. Junto a ello, y en relación con el aumento de litigios previsto, la Administración de Justicia debe prepararse no solo para dar respuesta a la misma, sino para erigirse en factor determinante en el proceso de recuperación económica.

Hemos oscilado entre la paciencia, la aceptación y la resiliencia, con dosis de frustración e impotencia. Pero no hay crisis que no sea oportunidad de crecimiento si somos personas ambiciosas en cuanto a perspectiva de miras. Y este colapso judicial puede ilustrarnos sobre nuevos avances no solo en medios tecnológicos, sino también humanos; sobre todo humanos. Este es el capital revalorizado por la propia pandemia.

 

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