La AP de Málaga ha confirmado la condena impuesta a una mujer por participar en una procesión con una vagina de plástico.
Se le condenó por un delito contra los sentimientos religiosos por vestirse, el 8 de marzo, como si fuera una virgen, a modo de procesión.
Además, la condenada gritaba durante la simulación de procesión «vamos a quemar la conferencia episcopal».
A este respecto, señala la Audiencia que ni el art. 20 ni el 10 CEDH hacen una proclamación absoluta o incondicionada del derecho a la libertad de expresión.
Considera que los actos que realizó la mujer ahora condenada eran innecesarios para reivindicar el feminismo o mostrar su postura favorable al aborto.
El tribunal sentenciador señala que no consta que la condenada quisiera hacer algún tipo de reivindicación sino vilipendiar o escarnecer sentimientos religiosos de los miembros de la Iglesia Católica.