Un ganadero de Lugo ha sido condenado por inyectar cepas vivas de brucelosis a 144 vacas para cobrar indemnizaciones por su sacrificio
El Tribunal Supremo ha confirmado la condena de 5 meses de cárcel a un ganadero de Lugo por inyectar cepas vivas de brucelosis a 144 vacas. El ganadero pretendía, de esta forma, cobrar las indemnizaciones legalmente establecidas por su sacrificio para casos en los que se detecta esta bacteria. La sentencia confirma la decisión dictada por la Audiencia Provincial de Lugo y también obliga al ganadero a pagar a la Xunta una indemnización de 22.000 euros por los gastos del laboratorio.
Indemnización por el sacrificio de los animales
Pretendía cobrar con el sacrificio de los animales 102.640 euros en concepto de indemnización que variaría entre 30.121,91 y 48.327,46 euros por lucro cesante. Sin embargo, la Consellería inició una serie de actuaciones tendentes a controlar el supuesto brote de brucelosis surgido en la explotación. Tras la pertinente investigación y enviar las muestras al laboratorio, se llegó a la conclusión de que no era una infección natural y salió condenado.
Confirmación de la condena por inyectar cepas vivas de brucelosis
El ganadero presentó un recurso de casación ante el Tribunal Supremo alegando que se había vulnerado su derecho a la tutela judicial efectiva, a un juicio justo y a la presunción de inocencia, y añadía que hubo error de apreciación de la prueba. Asimismo, puso en duda la cadena de custodia de las muestras que se enviaron a los laboratorios, pero los magistrados del Alto Tribunal rebatieron este argumento alegando que la toma de muestra de las vacas se hizo delante de él, se le notificó que se iban a llevar a cabo y, además, firmó estar conforme.
En el recurso la defensa argumenta que queda probado que tuviera intención real de defraudar. Sin embargo, esos animales estaban completamente sanos y la vacuna era innecesaria al ser una enfermedad erradicada en esa zona. Tras su inoculación, dieron positivo en el test y ello conllevaba a su sacrificio y al cobro de la indemnización.
Fallo del tribunal
Por todo ello, el Tribunal Supremo condena al ganadero a 5 meses de cárcel por cometer un delito de estafa en grado de tentativa, al haber inyectado la bacteria para cobrar indemnizaciones legalmente establecidas por el sacrificio de los animales. Asimismo, y también obliga al ganadero a pagar a la Xunta una indemnización de 22.000 euros por los gastos del laboratorio.