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La libertad de expresión es uno de los pilares fundamentales de cualquier sociedad democrática. Sin embargo, su ejercicio en redes sociales plantea nuevos desafíos jurídicos. ¿Dónde termina la libertad de opinar y comienza la responsabilidad legal? ¿Qué límites existen en España y en la Unión Europea? ¿Cómo evitar la censura sin permitir la desinformación, los discursos de odio o las injurias?
Libertad de expresión en redes sociales: un derecho con límites
Las redes sociales se han convertido en el principal espacio público de intercambio de opiniones. Desde Twitter (X) hasta TikTok, los usuarios difunden ideas, críticas y debates en tiempo real. Pero este nuevo ecosistema digital no está exento de normas: la libertad de expresión no es un derecho absoluto.
En España, el artículo 20 de la Constitución Española reconoce el derecho a expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones, pero establece también límites claros: el respeto a los derechos fundamentales de los demás, la protección de la infancia, el honor, la intimidad y la propia imagen, así como el derecho a recibir información veraz.
Además, el Código Penal tipifica como delito determinadas expresiones que puedan constituir odio, amenazas, calumnias o injurias, especialmente cuando afectan a colectivos vulnerables o promueven la violencia.
El marco europeo: proteger sin censurar
A nivel europeo, el Convenio Europeo de Derechos Humanos (CEDH), en su artículo 10, garantiza el derecho a la libertad de expresión, incluyendo la libertad de opinión y de recibir o comunicar informaciones. No obstante, permite restricciones “necesarias en una sociedad democrática”, especialmente para prevenir el delito, proteger la seguridad nacional, el orden público o los derechos de otros.
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) distingue claramente entre los discursos protegidos y aquellos que pueden quedar excluidos de la protección, como los que constituyen incitación directa al odio o a la violencia. Cuando el discurso no incita directamente al odio ni a la violencia, la mera capacidad de ofender, chocar o perturbar no justifica por sí sola una restricción legítima de la libertad de expresión. Cualquier injerencia estatal debe cumplir estrictos criterios de legalidad, perseguir un fin legítimo y ser necesaria y proporcional en una sociedad democrática
El TEDH protege de forma robusta la libertad de expresión, incluso cuando los discursos resultan ofensivos, chocantes o perturbadores, siempre que no crucen la línea de la incitación directa al odio o a la violencia – Informe de Tirant PRIME
Desinformación, discursos de odio e inteligencia artificial
Uno de los retos actuales más complejos es el de combatir la desinformación sin caer en prácticas censuradoras. La proliferación de noticias falsas (fake news), discursos de odio y teorías de la conspiración en redes ha llevado a la UE a legislar sobre ello.
El Reglamento de Servicios Digitales (DSA), aprobado por la Unión Europea en 2022, impone obligaciones a las grandes plataformas para actuar frente a contenidos ilícitos, mejorar la transparencia de sus algoritmos y permitir a los usuarios impugnar decisiones de moderación de contenido. No se trata de censurar, sino de regular con garantías y proteger derechos fundamentales en el entorno digital.
¿Cómo se equilibra el derecho a opinar con la necesidad de proteger a los usuarios?
La clave está en el equilibrio entre libertad y responsabilidad. El derecho a expresar ideas no puede ser una vía para dañar la reputación, incitar al odio o manipular la opinión pública con desinformación. Pero, al mismo tiempo, las autoridades y las plataformas deben evitar caer en la censura o en el bloqueo indiscriminado de contenidos.
Los juristas, legisladores y tribunales se enfrentan así al desafío de regular los contenidos en redes sociales respetando el pluralismo y la libertad ideológica, mientras se combaten fenómenos como el acoso digital, la desinformación viral o la discriminación por razones de género, raza o religión.
Lecturas recomendadas sobre libertad de expresión y redes sociales
Para profundizar en los retos jurídicos actuales vinculados a este derecho fundamental, recomendamos algunas obras publicadas por Tirant lo Blanch:
- Los medios de comunicación ante la desinformación: inteligencia artificial, discursos de odio, teorías de la conspiración: Una mirada interdisciplinar sobre los desafíos que enfrentan los medios (y redes) ante los contenidos falsos y polarizantes.
- Delimitación entre libertad de expresión y discurso del odio: Una obra imprescindible para entender hasta qué punto la ley puede y debe intervenir cuando se cruzan ciertas líneas.
- La libertad de expresión 4.0 en el sistema del Convenio Europeo de Derechos Humanos: Una reflexión actualizada sobre la jurisprudencia del TEDH en el contexto digital y la era de la inteligencia artificial.
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