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La mediación es una herramienta cada vez más valorada en la resolución de conflictos, tanto en el ámbito civil, familiar, laboral como mercantil. Su carácter voluntario, confidencial y flexible la convierte en una vía eficaz para evitar litigios largos y costosos. Sin embargo, no todos los procesos de mediación alcanzan el éxito deseado, y muchas veces esto se debe a errores evitables.
En este artículo analizamos los errores más comunes en la mediación y cómo evitarlos, con el objetivo de que mediadores, abogados y partes implicadas puedan sacar el máximo provecho de esta vía alternativa de resolución de conflictos.
1. No preparar adecuadamente la sesión de mediación
Uno de los errores más frecuentes es llegar a la mediación sin una preparación previa suficiente. Las partes, y en ocasiones incluso los abogados o el mediador, no analizan a fondo el conflicto, los intereses subyacentes ni los objetivos deseados.
¿Cómo evitarlo?
Antes de la sesión, es esencial recopilar información, preparar documentación clave, identificar intereses y necesidades reales (más allá de las posiciones) y establecer un marco claro de negociación.
2. Confundir posiciones con intereses
Muchas veces, las partes llegan a la mediación con posturas rígidas (“quiero ganar”, “no voy a ceder en nada”) que dificultan el avance del proceso. Se centran en lo que quieren obtener, sin explorar por qué lo quieren.
¿Cómo evitarlo?
El mediador debe ayudar a las partes a ir más allá de las posiciones y descubrir los intereses reales que hay detrás. Esta es la base para encontrar soluciones creativas y satisfactorias para ambas partes.
3. Interrumpir o no escuchar activamente
La falta de escucha activa es uno de los grandes enemigos del entendimiento. En un proceso de mediación, no escuchar al otro con respeto puede aumentar la tensión y bloquear la comunicación.
¿Cómo evitarlo?
Practicar la escucha activa implica prestar atención, no interrumpir, validar lo que el otro expresa y tratar de comprender su perspectiva. El mediador debe promover este tipo de comunicación desde el inicio.
4. Creer que ceder es perder
Muchos participantes ven la mediación como una negociación donde quien cede pierde, cuando en realidad se trata de construir una solución aceptable para ambas partes. Este enfoque competitivo mina el proceso.
¿Cómo evitarlo?
Replantear la mediación como una oportunidad de ganar-ganar. Ceder en aspectos secundarios puede ser clave para alcanzar acuerdos más beneficiosos en lo esencial.
5. Falta de imparcialidad o percepción de parcialidad del mediador
Un mediador que no transmite neutralidad puede perder la confianza de una o ambas partes, comprometiendo todo el proceso.
¿Cómo evitarlo?
El mediador debe ser escrupuloso en su imparcialidad, tanto en sus palabras como en su actitud. Escuchar con equilibrio, evitar juicios y dar el mismo espacio a ambas partes es fundamental.
6. No formalizar adecuadamente los acuerdos
Incluso cuando se llega a un acuerdo, otro error común es no dejar constancia formal del mismo, lo que puede generar ambigüedades o incumplimientos posteriores.
¿Cómo evitarlo?
Todo acuerdo alcanzado debe quedar claramente recogido por escrito, de forma comprensible para ambas partes y, en su caso, con validez legal. El acompañamiento de profesionales del derecho es clave en esta etapa.
Una herramienta potente, si se utiliza bien
En definitiva, la mediación no es una varita mágica, pero cuando se realiza correctamente, puede transformar conflictos en oportunidades de entendimiento. Evitar estos errores comunes requiere preparación, formación y compromiso con el proceso. Tanto mediadores como profesionales del derecho deben trabajar en conjunto para garantizar que la mediación cumpla su promesa: resolver conflictos de manera ágil, eficaz y humanizada.
Formación en mediación: clave para evitar errores
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