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La protección de los derechos de los animales ha sido un tema en constante evolución a lo largo de la historia. Desde la consideración de los animales como «cosas» por nuestro decimonónico Código Civil hasta la calificación como «seres vivos dotados de sensibilidad» o «seres sintientes», nuestro sistema normativo ha evolucionado en la protección de los animales y la consiguiente exclusión del maltrato.
En la actualidad, la normativa europea reclama la atención de los poderes públicos para la protección de los animales, lo que ha llevado a la evolución del Ordenamiento Jurídico en el reconocimiento de los derechos de los animales y su bienestar. Se han actualizado y generado nuevos mecanismos, responsabilidades y obligaciones para otorgar una protección íntegra y asegurar su efectividad, como las normas de desplazamiento de animales, las condiciones de la ganadería en aras de reducir el sufrimiento de los animales, los límites de la investigación científica, los espectáculos públicos, etc.
¿Quién vela por el bienestar de los animales?
A pesar de que los animales carecen de capacidad racional para defender sus derechos, es necesario que existan terceras personas que velen por su protección como representantes legales. En este sentido, resulta relevante destacar el papel de la Fiscalía dentro del proceso penal, ya que puede ejercer la acusación pública por delitos de maltrato animal. Así como el papel de las asociaciones, tanto en el ámbito penal como en el administrativo sancionador.
En España las normas reguladoras de los animales tienen que convivir con la costumbre arraigada en la cultura y tradiciones de los pueblos que tienen a los animales, especialmente a los toros, como parte protagonista de la celebración.
Ley de Bienestar Animal
Las últimas actualizaciones en materia de bienestar animal recogen de manera novedosa el concepto de «daños morales», la inembargabilidad de los animales, su destino en situaciones de fallecimiento, divorcio, separación o nulidad matrimonial, etc. También queda recogida la posibilidad de reclamar al propietario los gastos ocasionados por el animal, la obligación de devolver un animal perdido, o su papel dentro de los procedimientos en materia de violencia de género, cuando se utiliza al animal como medio para dañar al otro cónyuge. Además, la última regulación dispone una serie de obligaciones a tener en cuenta para la tenencia de animales domésticos, así como una enumeración de cuáles pueden considerarse como tal.
Así, una de las últimas actualizaciones normativas en materia animal es la reforma establecida en el Código Penal, introduciendo un nuevo capítulo denominado «De los delitos contra los animales», que incluye las disposiciones relativas al maltrato y abandono animal, y suprime los anteriores artículos (337 y 337 bis).
La protección de los derechos de los animales es una cuestión que ha adquirido una importancia cada vez mayor en los últimos años, tanto a nivel nacional como internacional. En este sentido, es necesario que los Estados adopten medidas para garantizar su protección, con el fin de evitar cualquier forma de crueldad o maltrato.
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