El Tribunal Supremo ha emitido una sentencia en la que confirma la absolución del policía local de La Carlota, Córdoba, que se encontraba involucrado en un caso en el que disparó e hirió a un ladrón que intentaba embestirlo con un vehículo todoterreno. El incidente ocurrió cuando el agente y otro compañero sorprendieron al ladrón en pleno intento de robo en una ferretería.
El Tribunal Supremo ha respaldado la actuación del agente al considerar que su uso del arma de fuego estaba justificado de acuerdo con la legislación específica que regula su profesión. Según la sentencia, el riesgo vital que enfrentaba el agente y su compañero, el oficial, era racionalmente grave para su vida e integridad física, lo cual legitima la utilización del arma en esas circunstancias.
Recurso del ladrón frente a la absolución del policía
La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo estima parcialmente el recurso de casación presentado por el ladrón condenado. El ladrón apeló únicamente la absolución del policía local que disparó cuando el vehículo en el que huía aceleró bruscamente y se dirigió directamente hacia los agentes a gran velocidad. Según los hechos probados, en ese momento, el agente disparó con la intención de detener el vehículo, apuntando hacia la rueda, pero erró el tiro y la bala alcanzó al ladrón en su costado.
El Tribunal Supremo, en su sentencia, describe detalladamente la situación inminente en la que los agentes se encontraban, amenazados por un vehículo que se aproximaba a ellos en línea recta y a alta velocidad. Según el tribunal, el disparo realizado por el agente fue un intento de defensa para detener el vehículo y evitar el atropello. El hecho de que el disparo no haya alcanzado su objetivo de manera precisa se considera un error fortuito, no atribuible a la voluntad del agente, sino a la situación de estrés y peligro inmediato que estaba experimentando.
Profesionalidad de las fuerzas de seguridad del Estado
La sentencia también destaca la profesionalidad con la que las fuerzas de seguridad del Estado, las dependientes de las Comunidades Autónomas y las policías locales trabajan en situaciones de estrés. El Tribunal Supremo resalta que este caso, al igual que otros similares enfrentados por las fuerzas del orden, demuestra la dedicación y el cumplimiento de su deber en circunstancias difíciles.
Es importante mencionar que la sentencia incluye un voto particular de un magistrado, Javier Hernández, quien discrepa con el criterio de la mayoría. El magistrado sostiene que el policía debería haber sido condenado por un delito de lesiones por imprudencia profesional grave. Según su opinión, el agente incumplió los deberes de actuación y evitación que se esperan de cualquier agente de policía en activo.