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La soberanía nacional es uno de los conceptos fundamentales del constitucionalismo español. No es solo una declaración teórica: determina quién posee el poder político último, cómo se distribuye entre las instituciones y de qué manera se legitiman las decisiones públicas.
Comprender qué significa este principio y cómo se ejerce es clave para interpretar correctamente la Constitución, el funcionamiento del Estado y los límites de los poderes públicos.
¿Qué es la soberanía nacional?
La soberanía nacional es el principio según el cual el poder político supremo reside en el conjunto del pueblo español como sujeto colectivo.
Esto significa:
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que el origen de todo poder público está en la ciudadanía,
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que ninguna institución posee el poder por sí misma,
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y que todas las decisiones estatales encuentran su legitimidad en la voluntad general expresada en la Constitución y en los mecanismos democráticos.
La fórmula está recogida en el artículo 1.2 de la Constitución Española:
“La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado.”
Es un principio estructural: organiza la arquitectura del Estado, define la legitimidad democrática y establece la supremacía de la Constitución.
Implicaciones esenciales de la soberanía nacional
El concepto no se agota en identificar al titular del poder. Genera efectos jurídicos concretos:
✔️ Única titularidad del poder
La soberanía es única e indivisible:
no se reparte entre territorios ni entre individuos de forma aislada, sino que pertenece al pueblo español entendido como unidad política.
✔️ Supremacía de la Constitución
La Constitución expresa la voluntad del pueblo soberano.
Por eso ninguna ley, reglamento o autoridad puede situarse por encima de ella.
✔️ Legitimidad democrática del ordenamiento
Las normas obligan porque proceden directa o indirectamente del titular de la soberanía.
El Derecho deriva su fuerza de la aprobación popular, no de la fuerza o de la tradición.
✔️ Responsabilidad del poder público
Los poderes del Estado actúan en nombre del pueblo, pero están sometidos a controles constitucionales, parlamentarios y judiciales.
¿Cómo se ejerce la soberanía nacional?
El pueblo no ejerce el poder por sí mismo de manera permanente.
La Constitución prevé dos modos de ejercicio:
A) Ejercicio indirecto: la regla general
La soberanía se ejerce a través de representantes elegidos democráticamente y de instituciones previstas en la Constitución.
1. Cortes Generales (Congreso y Senado)
Son la representación del pueblo español y el órgano central del ejercicio de la soberanía.
Sus funciones esenciales:
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aprobar y derogar leyes,
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controlar al Gobierno,
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autorizar tratados,
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aprobar los Presupuestos,
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participar en reformas constitucionales.
El Congreso de los Diputados tiene primacía, porque es la cámara que refleja directamente la voluntad popular.
2. Gobierno
El Gobierno ejerce el poder ejecutivo, pero su legitimidad nace del Parlamento.
Su autoridad deriva de la confianza otorgada por el Congreso, y por tanto del pueblo representado en él.
3. Poder Judicial
Los jueces aplican la ley y garantizan los derechos en nombre del Rey, pero su legitimidad última proviene de la Constitución aprobada por el pueblo.
Su independencia es una garantía de la soberanía popular frente a abusos del poder.
B) Ejercicio directo: mecanismos excepcionales
Aunque la regla es la representación, la Constitución contempla casos en los que la soberanía se ejerce de forma directa:
✔️ Referéndum (art. 92 CE)
El pueblo interviene directamente en decisiones de especial trascendencia política.
Es consultivo salvo en reformas constitucionales agravadas.
✔️ Iniciativa Legislativa Popular (ILP)
Permite a los ciudadanos proponer leyes si se reúne el número exigido de firmas, aunque con importantes límites.
✔️ Participación ciudadana
Puede ampliarse por leyes orgánicas o autonómicas: audiencias públicas, consultas municipales, procesos participativos, etc.
Soberanía nacional y Estado autonómico: compatibilidad
La Constitución reconoce la autonomía política y legislativa de las comunidades autónomas, pero no la soberanía territorial.
Es decir:
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Las comunidades tienen poder político propio,
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pero la soberanía sigue siendo única y pertenece al pueblo español en su conjunto.
Esto explica por qué:
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ninguna comunidad puede decidir unilateralmente sobre su estatus político,
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y los procesos que afecten a la soberanía (como referéndums de autodeterminación) requieren decisión del titular soberano, el pueblo español.
Preguntas frecuentes
1. ¿La soberanía nacional es lo mismo que la soberanía popular?
No exactamente.
La soberanía nacional se refiere al pueblo como unidad política;
la popular enfatiza la participación directa.
España adopta el primer modelo, pero incorpora mecanismos del segundo.
2. ¿El Rey ejerce parte de la soberanía?
No.
El Rey es Jefe del Estado, pero no es titular ni depositario de la soberanía.
Sus funciones son representativas y están sujetas a control parlamentario.
3. ¿Una comunidad autónoma puede ser soberana?
No.
La soberanía es única, indivisible y reside en el pueblo español.
Las comunidades autónomas tienen autonomía, no soberanía.
4. ¿Puede el pueblo ejercer la soberanía de manera directa?
Solo en los casos previstos por la Constitución:
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referéndum,
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iniciativas legislativas populares,
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cuestiones específicas reguladas por ley.
5. ¿Qué papel juega la Constitución en el ejercicio de la soberanía?
La Constitución es la expresión jurídica de la voluntad del pueblo soberano.
Todos los poderes, incluido el legislativo, están sometidos a ella.
